Temas de actualidad

La última milla - tendencias actuales en la logística de distribución
Franz Rainer, WU Viena – 29/11/2021
Hasta finales del milenio pasado, el transporte de cartas y paquetes estuvo en muchos países organizado en forma de monopolio. Empresas estatales como Correos en España o la Post en los países de habla alemana tenían la obligación de asegurar a todos los ciudadanos un servicio postal universal. Estos monopolistas habían adquirido, a tuerto o a derecho, una imagen caracolesca, poco acorde con el dinamismo de la economía moderna. En la Unión Europea se procedió entonces a la liberalización del sector postal en todo el mercado interior, para permitir a las empresas enfrentarse a retos como la creciente división del trabajo, la aceleración general de los intercambios, la intensificación de las comunicaciones, así como el surgimiento del comercio electrónico a partir de los años 90 del último siglo.
En este nuevo mercado liberalizado, algunos de los ex-monopolistas se transformaron con éxito en empresas logísticas de primer rango, sacando provecho de su presencia capilar en el territorio nacional, de sus contactos internacionales y de su larga experiencia. Al mismo tiempo, el exceso de personal fijo y de oficinas pequeñas constituyó en los primeros tiempos un lastre notable. El problema del personal fue disminuyendo con las jubilaciones, y la organización territorial se adaptó a las nuevas necesidades, cerrando las oficinas no rentables que fueron sustituidas con una estructura más flexible y menos costosa de puntos de recogida y terminales automatizados, llamados máquinas autoservicio en España.
Al mismo tiempo, entraron en el mercado nuevos jugadores especializados en servicios más específicos, los servicios CEP (en inglés, courier, express and parcel), es decir, de mensajería, paquetería y envíos urgentes. El servicio de mensajería consiste en llevar directamente un sobre o paquete no demasiado abultado del cliente al destinatario. En las ciudades, el transporte se realiza muchas veces por mensajeros ciclistas. Otra especialización son los servicios de transporte urgente o entrega rápida, que garantizan una entrega en un lapso de tiempo determinado, como la entrega el mismo día. Los servicios de paquetería suelen ser más lentos, pero también menos costosos, y se limitan a paquetes que no excedan cierto tamaño (normalmente unos 30 kilos).
Si consideramos el tema del transporte desde el punto de vista de las empresas, pocos campos del mundo de los negocios han presenciado cambios tan profundos en la era de la digitalización y del comercio en línea como la logística. La logística de distribución, cuya tarea consiste en hacer llegar al consumidor los productos o servicios finales con la mayor eficiencia, no es ninguna excepción. El personal responsable de la empresa se ocupa de la gestión del despacho de los productos y de la organización del transporte, subcontratado muchas veces a transportistas independientes. Si la naturaleza del producto y la extensión del área cubierta lo requieren, el despacho puede efectuarse desde varios centros de distribución o reparto ubicados estratégicamente en un territorio dividido en zonas de entrega. El desafío más grande normalmente lo constituye la llamada “última milla”, la entrega efectiva del producto al cliente. Como este último muchas veces no está en casa cuando llegue el repartidor, algunas empresas de paquetería han instalado drop points o puntos de recogida, donde el cliente puede recoger los paquetes a la hora que le convenga. Se trata muchas veces de pequeños comercios, para los cuales esta actividad constituye una fuente adicional de ingresos. Una innovación relativamente reciente es la trazabilidad de los envíos: la moderna tecnología permite, tanto a la empresa como al cliente, efectuar un seguimiento − también llamado rastreo o, con un anglicismo, tracking − del transporte en tiempo real.