¿Qué significa?
¿Cómo se dice?

Guía para solucionar problemas lingüísticos con la ayuda de diccionarios, navegadores, traductores automáticos y otras herramientas.

Hay muchas tareas lingüísticas diferentes que tienes que llevar a cabo, como por ejemplo:

  • leer textos (y comprenderlos),
  • redactar textos, elaborar presentaciones,
  • a lo mejor hasta traducir un par de frases.

Según el problema que se presenta y su grado de dificultad, cualquiera de estas tareas puede revelarse más o menos complicada.

En clase, muchos aspectos – y sobre todo el vocabulario – solo pueden enseñarse de una manera ejemplar y de forma reducida. Por lo tanto, es necesario que adquieras estrategias y técnicas con las que puedes ayudarte a ti mismo/-a cuando hace falta.

Y para esto debe servir esta pequeña guía: ser una ayuda en la solución de problemas de vocabulario típicos, en primer lugar cuando se trata de problemas en español.

Antes de entrar en materia tenemos que aclarar un par de cosas:

  • El español es lengua materna de unos 500 millones de personas y lengua oficial en 21 países. En otros países es lengua minoritaria o cooficial. Te puedes imaginar fácilmente lo que esto significa a nivel de vocabulario: las diferencias entre los países, a veces, son considerables.
  • Las palabras de una lengua se registran en obras de consulta como diccionarios y enciclopedias que tienen tres cosas en común:

  1. Nunca pueden ser completas, puesto que el número de palabras existentes en una lengua es demasiado grande y cambia constantemente.

  2. Nunca cubren todos los usos posibles de una expresión. Usar una lengua tiene mucho que ver con creatividad, por lo que solo se pueden registrar usos típicos.

  3. Todos contienen algún que otro error. Por eso no debes confiar nunca ciegamente. Si persiste alguna inseguridad de si lo que encuentras es correcto a no, es mejor controlarlo.

Una vez aclarados estos puntos, podemos empezar…

  • Algo no se entiende (¿Qué significa?)

Este problema se da tanto en una lengua extranjera como en la propia, por ejemplo, una palabra en un texto difícil que no se entiende.

  • Algo es difícil de expresar (¿Cómo se dice?)

La mayoría de las veces en la lengua extranjera, pero también se da en la propia, por ejemplo, cuando alguien no quiere repetir siempre la misma palabra, pero no encuentra otra con el mismo significado.
Los dos problemas pueden aparecer a la vez, por ejemplo, al traducir un texto.
En lo que sigue, discutiremos distintos recursos que te pueden ayudar en los dos casos.

 

Normalmente, cuando alguien busca una palabra en la lengua extranjera, la primera herramienta suele ser el diccionario bilingüe.

Los diccionarios español-alemán más conocidos son los siguientes:

De momento, PONS parece ser el mejor diccionario de este tipo: es gratis, contiene muchas entradas, se actualiza permanentemente y – el argumento más importante – tiene una buena estructuración de los distintos significados de una palabra.

Compara este ejemplo y entenderás lo que quiero decir:

 

LINGUEE es una combinación de diccionario y buscador de traducciones. Aparte de equivalencias en la parte del diccionario, también contiene toda una serie de contextos en los que esta palabra ha sido traducida.

Esto puede ser enormemente útil, si la palabra que buscamos se encuentra en un contexto parecido al nuestro.

¡Pero cuidado! LINGUEE no puede (o solo de una manera muy rudimentaria) evaluar la calidad de las traducciones que ofrece.

Siempre tienes que fijarte en:

  • la fuente de la traducción (se encuentra en cada ejemplo; muchas veces la fuente es el servicio de traducciones de la UE),

  • si se repiten las traducciones en los contextos que te interesan. Regla general: Cuantas más veces ocurra esto, mejor.

Tanto a las equivalencias de los diccionarios como a las propuestas de LINGUEE se puede llegar o directamente con la dirección web de los recursos correspondientes o a través de GOOGLE:

Por ejemplo, [PALABRA deutsch] da como resultado la equivalencia que propone GOOGLE y, después, los enlaces a toda una serie de diccionarios, a LINGUEE y a muchas otras páginas que pueden ser muy útiles (ver después). 

GOOGLE te ofrece no solo la posibilidad de buscar palabras y expresiones sino también de traducir frases y textos enteros. Es suficiente teclear [translate] en GOOGLE y se activa el traductor. Para más opciones como, por ejemplo, subir documentos, es aconsejable ir a “translate.google.com“.

Otro programa de traducción que, muchas veces, da mejores resultados que GOGGLE es: DEEPL.COM. Compara los resultados…

¡Pero, cuidado! Estamos hablando de programas de traducción automática que aunque en los últimos años han mejorado mucho, ofrecen solo una primera versión de una traducción. Siempre hay que controlarla y, muchas veces, corregirla.

Usar GOOGLE (o cualquier otro buscador) es también la manera más fácil de localizar diccionarios especializados, glosarios o bases de datos. Todos estos recursos se encuentran en gran número en la red.

Y, ya sé que me repito, pero siempre tienes que fijarte en quién está detrás de cada herramienta. ¿Es una gran organización internacional como la Unión Europea con su base de datos terminológica IATE (https://iate.europa.eu/home) o se trata de un trabajo de un estudiante de traducción en su segundo año de carrera? Esto no significa que tenga que ser malo, pero no lo puedes saber…

Muchas veces, una simple consulta en un diccionario, u otro recurso, no es suficiente. Puede ser que no se encuentre nada adecuado, ninguna traducción convence, se siguen teniendo dudas sobre si la palabra encontrada es la adecuada o quizás tampoco entiendes la equivalencia en la lengua materna.

Esto pasa con mucha frecuencia en la terminología especializada, pero también ocurre con objetos o actividades típicas de un país, como plantas, animales, productos típicos o simplemente características culturales. No hace falta ahora pensar en árboles exóticos o prácticas de meditación orientales. Algo para los españoles tan cotidiano como la siesta o el turrón, en otras lenguas es difícil de expresar y, por lo tanto, muchas veces no se traduce.

Si no consigues resolver tu problema al buscar una equivalencia, es importante entender bien el significado de la palabra o la expresión que estás buscando y solo después tratar de traducirla. Para esto sirven enciclopedias como WIKIPEDIA.

Cuando se trata de objetos concretos, las imágenes son de una gran ayuda. Por eso existen diccionarios visuales aunque en la mayoría de los casos es suficiente buscar en las imágenes que te da GOOGLE.

En muchas enciclopedias también se da la equivalencia en inglés de lo que estás buscando, por lo que puedes usar también esta vía: pasar por una tercera lengua. Esto, naturalmente, también funciona con diccionarios: una palabra, a lo mejor, no se encuentra en un diccionario español- alemán, pero sí en uno español-inglés. Lo miras allí, y después en otro inglés-alemán.

WIKIPEDIA, además, te ofrece explicaciones en distintos idiomas, lo que también te ayudará a encontrar equivalencias.

Un recurso clásico, tanto para entender pero, aún más, para redactar correctamente son los diccionarios monolingües, que definen las palabras y muestran contextos y usos típicos (una lista muy útil de estos diccionarios se encuentra en: https://www.lexicool.com/diccionario-recursos-espanol.asp).

¿Por qué es importante esto? Fácil: Entre las lenguas no existe una relación uno a uno, las cosas son mucho más complicadas y la inmensa mayoría de las palabras tiene diferentes significados. En tu lengua materna sabes intuitivamente qué palabra puede ser correcta en qué contexto, en una lengua extranjera, esta intuición no la tienes. Por lo tanto, un buen diccionario debe darte ejemplos de uso sobre cómo puede usarse una palabra determinada.

En este contexto: Los ámbitos en los que las palabras tienen un significado específico en los diccionarios normalmente se indican mediante abreviaturas. Tiene mucho sentido conocer estas abreviaturas. Es lógico ¿no?

 

Por cierto, “es lógico que …” ¿se usa con indicativo o con subjuntivo? Buena pregunta… Pues, se usa con subjuntivo: “Es lógico que esta pregunta no te resulte muy fácil de contestar.” Es precisamente esta información la que también vas a encontrar en un buen diccionario monolingüe que contiene ejemplos de uso e indicaciones gramaticales elaboradas por especialistas. Esta es su gran ventaja…

Pero, a veces, hay prisa y localizar y elegir un buen  diccionario monolingüe no siempre es fácil…

 

Por lo tanto, ¿qué vas a hacer?

¡Exacto! Vas a ingresar “es lógico que“ (¡no te olvides de las comillas!) en GOOGLE y a ver qué pasa.

De esta manera puedes comprobar palabras, expresiones, frases enteras – es súper rápido y súper eficiente. Ser/estar, preposiciones, la posición del adjetivo… podrás solucionar muchas dificultades gramaticales de esta manera. 

Pero ¡ojo! El diccionario lo hacen especialistas, en internet encontrarás de todo.

Siempre tienes que fijarte en si tu solución se repite en las páginas encontradas. Cuántas más veces, mejor, y cuánta mejor reputación tienen las fuentes, pues, mejor también.

Con preguntas difíciles rápidamente llegarás también a foros en los que tu problema se discutirá. Confía en el número de páginas, entre los “expertos“ en internet suele haber algunos bastante ignorantes…

Un segundo problema que se plantea al usar GOOGLE para estos fines consiste en que en una lengua extranjera a veces no sabemos si una palabra es una expresión neutra, vulgar o quizás anticuada, etc.

No todas las palabras pueden usarse en todos los contextos. En los diccionarios encontrarás marcas de tipo coloq. (coloquial), vulg. (vulgar) o anticuado. En GOOGLE solo las fuentes te pueden orientar.

¿Te acuerdas de que al principio hemos dicho que el español es la lengua materna de muchos millones de hablantes y que se usa en muchos países?

Ocurre bastante a menudo que, al buscar una palabra, uno encuentra una expresión que solo se usa en un país o en una región determinada.

Esto también lo puedes ver en la fuente, pero claro, hay que conocer los códigos de los países…

Por último, hay otra posibilidad de encontrar equivalencias de una forma eficiente: buscar un texto muy parecido, “paralelo” si puede ser, al documento que tenemos que redactar en la otra lengua. En este texto, con un poco de suerte, aparecerá el vocabulario que necesitamos.

Cuanto más parecidos sean estos textos, tanto más grande será la probabilidad de encontrar lo que estás buscando.

No encuentras las equivalencias que estás buscando, no sabes si has encontrado la solución correcta, ves que tienes que invertir mucho tiempo para llegar a un resultado satisfactorio…

Hazte esta pregunta: ¿Realmente necesito una equivalencia exacta?

Si eres traductor profesional, obviamente, no lo puedes evitar. Pero en muchas otras situaciones, casi todo se puede expresar de muchas maneras diferentes. No te obsesiones con una palabra, formula de otra manera, busca un sinónimo con el mismo significado o uno muy parecido. Muchos años enseñando español me han mostrado que, normalmente, se busca demasiado y no se activan bien los conocimientos que uno ya posee. Esto hay que evitarlo.

Pero si tienes que hacer una búsqueda lexicográfica, espero que estas páginas te hayan ayudado para que la hagas bien y de una forma eficiente.